Más allá del manejo sanitario de los cultivos y las condiciones ambientales, el efectivo aporte de nutrientes está resultando clave para obtener mejores resultados en un planteo sostenible. El planteo nutricional con el cual se trabajan los diferentes lotes es uno de los puntos que mayor incidencia tiene a la hora de evaluar los rindes en establecimientos que comparten ambientes productivos similares. El relevamiento de profesionales que integran los programas de investigación y desarrollo de Rizobacter, demuestran que los productores más conscientes de la importancia en las estrategias de fertilización, que monitorean sus lotes previos a la siembra, comenzaron a incluir micronutrientes como el Zinc, lo que promovió mayores rindes debido a su incidencia positiva para el desarrollo radicular temprano y a su implicancia en el correcto funcionamiento hormonal de los cultivos. La llegada al mercado de la fertilización microgranulada ha marcado un punto de inflexión en la práctica ya que suma grandes ventajas en relación a los conocidos commodities. Los beneficios radican en que por su tecnología se necesitan menores dosis, se logra mayor precisión en la llegada a las raíces, no genera fitotoxicidad y aporta un balance de micronutrientes, que asisten las necesidades de los cultivos, complementando los beneficios de los macronutrientes como el nitrógeno y el fósforo. En Bolivia, el 90 por ciento de los productores que llevan adelante estrategias de nutrición se inclinan por los commodities tradicionales. Sin embargo, no es una práctica muy extendida por el alto costo de los insumos, el bajo nivel de absorción que se logra (entre un 10 y un 20 por ciento) y la toxicidad que se genera cuando el nutriente “se pega” a la semilla. Un estudio realizado por el ingeniero agrónomo Edward Peña, gerente general de Agroprecisión, demuestra en cambio los resultados que se han obtenido con la utilización Microstar Pz en el cultivo de soya, el fertilizante microgranulado que ofrece una mezcla equilibrada de Zinc, Fósforo, Nitrógeno y Azufre. Los ensayos realizados indican que, con una menor dosis en relación a los commodities, se obtiene un 87 por ciento de absorción de los nutrientes colocados la línea de siembra, junto a la semilla, ya que no genera fitotoxicidad, no provoca daños durante la emergencia ni muertes de plantas. Las pequeñas partículas (de no más de un milímetro) tienen rápida disgregación y se asimilan fácilmente, aspectos que favorecen la absorción de nutrientes desde las raíces en crecimiento, aún en situaciones de suelos fríos o sequías momentáneas. Por esto también es un arrancador eficiente ya que contribuye al desarrollo del sistema radical desde el inicio y a un establecimiento rápido y uniforme del cultivo. La necesidad de mantener en alto la productividad de los cultivos, cuidando la biodiversidad y la riqueza de los suelos, ponen en el centro de la escena a las estrategias de fertilización como una herramienta fundamental para lograr rindes, con una mirada a largo plazo. Las ventajas tanto productivas como operativas y económicas de las tecnologías micro granuladas le permiten al productor acceder a una fuente de fertilización rentable no solo para el cultivo de la soya, sino también para cubrir las exigencias nutricionales de otros cultivos como el trigo y el maíz. Hoy los resultados indican que con el manejo sanitario, el control de malezas y la ausencia de estrés hídrico no alcanza para llegar al máximo potencial; un buen diagnóstico físico, químico y biológico del suelo se vuelve fundamental para armar una estrategia de fertilización acorde a un planteo productivo rentable y sostenible.